Conducta desviada
Una conducta se considera desviada cuando las manifestaciones de dicho comportamiento son cuestionadas y rechazadas por la mayoría de la comunidad, y pueden influir negativamente sobre los demás individuos; es decir, cuando tal manifestación del comportamiento produce consternación en otras personas ajenas a los actos desviado ya que consideran que las tradiciones, hábitos, costumbres y valores de su sociedad y su vida cotidiana están siendo atacados por acciones inmorales, despreciables o peligrosas.
La conducta humana se percibe de acuerdo a su desarrollo y su transformación histórica, dado que cada evolución política o socioeconómica ha influido en ésta de distinta manera: la influencia de la civilización, la dinámica de la vida cotidiana, los cambios culturales, los medios de comunicación, las luchas sociales, los cambios en las ideologías, la profundización de las diferencias sociales entre ricos y pobres, la globalización, entre otros aspectos.
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Es posible observar ciertas conductas que antes no eran aceptadas y eran consideradas una desviación que hoy en día se observan desde otra perspectiva, por ejemplo, la relaciones sexuales informales y los hijos fuera del matrimonio, o el ofrecimiento de las hijas en matrimonios arreglados.
Otro ejemplo de una conducta con un nuevo enfoque es la homosexualidad, dado que ahora sí es considerada una orientación sexual y no una desviación de la conducta. Sin embargo, este punto de vista no es aceptado por diversas comunidades más conservadoras y religiosas.
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Si una conducta es de naturaleza buena o mala, dependerá de los criterios y opiniones sociales que tenga una sociedad ante las acciones de la persona, si es aceptable o no, y las consecuencias que impliquen estas acciones para los demás.
Por lo tanto, son las normas sociales de un colectivo las que permiten la organización y el desarrollo adecuado dentro de este mismo. De igual manera, estas normas, dependiendo del lugar y momento, no son iguales en su contenido ni en su carácter regulador, dado que lo que puede ser punible en un lugar no tiene significado en otro; y son relativas entre cada individuo, y absolutas para el grupo que se rige bajo ellas pues es lo que tiene sentido en el contexto en que son producidas.
Es así, entonces, que existen dos tipos de conducta: la conformista, que van a favor del orden social establecido y coincide con los comportamientos esperados por la sociedad; y la conducta inconformista, que va en contra del orden social de un colectivo y no se adapta a la serie de comportamientos normales. A esta última clase de conducta también se le puede llamar comportamiento inadecuado, mal comportamiento o irregularidad social.
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